El programa de certificación de la ISA

por Alicia Chacalo


En 1996 tuve el honor de ser la primera arborista certificada de México. A mí me tocó el desafío presentar el examen en Estados Unidos y, en consecuencia, estudiar en inglés durante seis meses (los fines de semana) y pasar algunas estancias en ese país, para aprender todo aquello que no me quedaba claro del programa. Entonces, la arboricultura en México no tenía nada que ver con la práctica que ya se realizaba en el vecino país del Norte. Poco después, el ingeniero Daniel Rivas (hoy ya doctorado) también logró certificarse; él se fue un tiempo a Estados Unidos para estudiar, aprenderse las especies (incluso contrató a un botánico para este propósito) y presentar el examen en inglés. Y lo logró: pasó el examen y obtuvo la certificación de la ISA.

Recientemente se celebró en la Ciudad de Bogotá, el 50 aniversario del Jardín Botánico Celestino Mutis; por este motivo se organizó un Congreso Internacional de Arborización Urbana, al cual fui invitada para impartir dos ponencias. En esa ocasión se presentó la oportunidad de platicar con el ingeniero Carlos Llanos, primer arborista certificado de su país (Colombia), quien me comentó que para certificarse, también presentó examen en Estados Unidos; sin embargo hubo una diferencia: le tocó estudiar el libro en español, pues ya existía la traducción del manual. Dos personas fueron clave en su proceso de capacitación: Daniel Rivas y Marc Duff; Daniel impartió un curso, en Colombia, para la Certificación de Arboristas, que Carlos tuvo la suerte de tomar, y Marc fue su contacto en Estados Unidos: lo recibió, le mostró las especies y le ayudó con todo lo necesario para que presentara su examen.

Carlos Llanos cuenta emocionado, que a los árboles les debe todo lo que tiene en la vida, incluso su mujer y su hijo, pues conoció a quien hoy es su esposa durante una asesoría que impartió en la compañía donde ella trabajaba. Por lo tanto, considera que su deuda con Daniel y Marc es infinita.

Qué orgullo debe sentir Sharon Lilly, creadora del Programa de Certificación, junto con un equipo de reconocidos científicos y arboristas, al escuchar estas anécdotas. Y reflexiono también en la loable actitud de Marc al apoyar a Carlos de esta manera, brindando sus libros, su tiempo y aun sus recursos, para que un colega de otro país pudiese certificarse.

Cuántos esfuerzos, en todas partes del mundo, se realizan para obtener esta certificación. Todos con un común denominador: fomentar que sea la investigación científica la que genere los conocimientos sobre plantación, manejo y cuidados del arbolado en el ambiente humano.

Actualmente, el programa cuenta con más de 17 mil arboristas en todo el mundo y la cifra crece con rapidez.

La International Society of Arboriculture (ISA) cuenta ahora con cinco programas diferentes de capacitación: “Trabajador certificado del árbol”, “Arborista certificado”, “Arborista municipal”, “Arborista especializado en líneas de conducción eléctrica” y “Master Arborist”, ésta es la certificación que demanda mayor experiencia en el trabajo con los árboles. Estos programas ofrecen oportunidades interesantes de autoaprendizaje y se complementan con una gran variedad y cantidad de libros, videos, CD’s y otros materiales didácticos.

A su vez, la ISA ha conformado un comité de examen, con especialistas de diversas partes de Estados Unidos, México y Canadá. Este comité se reúne dos veces al año, durante tres días, para revisar el contenido de los exámenes y las dudas de quienes lo han presentado. Así, es preciso mencionar que, con una planeación y una organización francamente admirables, el programa va caminando sobre ruedas.

Si tú te dedicas a alguna actividad relacionada con el arbolado: ¡sal del anonimato y ponte nombre y apellido: Arborista Certificado! Compartirás con el grupo que lo ha logrado, la enorme satisfacción de ostentar este título y, sin duda, estarás orgulloso de ser el primer arborista certificado de tu ciudad, municipio, delegación, estado o país.